Capítulo 04.
—Buenos días, señor Jeon —saludó Jimin al llegar a la empresa y encontrarse con el alfa pelinegro en la entrada.
El alfa lo miró de arriba a abajo, su expresión cambió de inmediato. Tomó el brazo del omega sin lastimarlo.
—¿Podrías ser tan amable de decirme por qué tienes un parche en el cuello? —preguntó Jungkook, sonriendo sobriamente.
—Jefe, ¿no debería saberlo ya? —respondió Jimin.
El alfa se inclinó hacia el rostro del ojimiel.
—No, de hecho quiero saber cómo es que saliste está mañana, pero esta no es manera de hablar con tu alfa —ni siquiera se preocupo por bajar el tono de su voz. Algunos empleados que pasaban por su lado, los miraron de reojo.
—Jungkook —Jimin quería matarlo.
—¿Sí, mi hermoso omega?
Jeon fingió demencia de su alrededor, soltando el brazo del rizado.
Se escucharon varios jadeos.
—Vámonos —Park arrastró al pelinegro hasta la oficina de este ante la mirada de todos—. ¡¿Qué crees que estás haciendo?!
Lo soltó casi empujándolo, mientras cerraba la puerta de un portazo.
—¡Yo debería preguntar eso! —contraatacó Jeon.
Jimin se sintió pequeño frente al alfa.
—¿Y qué es lo que estoy haciendo yo?
La expresión de Jungkook era simplemente de frustración.
—Para empezar te vas sin decirme nada, escapas de mi casa, no contestas mis llamadas ni mensajes y ahora tapas mi marca con un puñetero parche.
Las manos del alfa se movían de un lugar a otro mientras intentaba expresar su molestia. Jimin podía sentirlo todo a través del lazo, desde la decepción de su alfa hasta su leve tristeza.
—Jungkook... —intentó calmarlo.
El alfa lo miró.
Jimin tuvo que pararse de puntillas para enrollar sus brazos alrededor del cuello de su alfa.
—Tenía trabajo pendiente y lo último que quería era molestarte —se excusó, besando los labios de su alfa.
Jungkook pareció volver a la vida.
Le sonrió, besó todos los extremos de su rostro, lo levantó y lo enrolló en su cuerpo mientras le decía lo mucho que lo amaba y le decía que el trabajo ya no era importante, mientras lo sentaba en su regazo.
—Alfa... —Jimin quería parar todos los mimos de Jungkook, no porque le incomodara, es más queria que se repitiera esa escena toda su vida.
El sentimiento del pánico en escena cada vez que veía Jeon, simplemente desaparecieron.
—El telefono —avisó.
Jungkook pareció fastidiado, pero aún así contestó.
—¿Sí?
Era su secretario, ese omega que había hecho que Jimin se alejara.
—Señor Jeon, buenos días. Quería avisarle que le preparé el desayuno ya que comúnmente no desayuna y será una mañana ajetr-
—Tráelo a mi oficina —contestó cortante.
¿Es en serio? Pensó Jimin.
—¿Piensas comer la comida de otro omega frente a mis ojos? —se quejó, intentó levantarse del regazo del alfa.
El mayor lo sostuvo más fuerte cuando intentó moverse, mientras escribía sobre su escritorio algo sobre el nuevo proyecto de temporada.
—Jungkook-
—Lo preparé con mucho esfuerzo.
El omega castaño había entrado. Ambos omegas se miraron fijamente.
—Jimin, no sabía que estabas aquí —dijo San, caminando hasta el escritorio del alfa, de su alfa.
—Buenos días, estoy con mi alfa como ves —contraatacó a la mirada de fastidio del omega contrario. Sonrió con descaro como si hace un minuto atrás no habría estado luchando por alejarse del alfa.
—Dejalo ahí —ordenó Jungkook, mientras seguía escribiendo y sellando papeles.
Jimin se acercó al rostro del pelinegro para que este picoteara sus labios.
—Alfa... —Jimin exigió más.
Jungkook lo complació, agarrando sus caderas para besarlo más profundamente.
El omega ojimiel presenció toda la escena y era justo lo que Jimin quería.
—Alfa... —esa simple palabra era suficiente para que Jungkook le diera toda su atención a él. Lo descubrió muy rápido. Se separó de los labios del mayor para que este se acerque a su cuello, besando su piel lechosa—. San, disculpa a mi alfa. Hace poco acabó su celo y suele estar más pegajoso de lo normal —dijo el ojimiel al ver que el omega no salía del despacho.
—Si, lo sé —contestó el omega contrario, sonriendo.
Jimin iba a saltar encima suyo para arrancarle esos putos mechones de cabello peli teñido, pero Jungkook lo tenía acorralado.
—No, no lo sabes —respondió Park.
Jungkook se encontraba ajeno a los dos omegas en su oficina, envuelto en la sensación de besar a su omega. Quitó el parche del cuello de Jimin, revelando la marca que los unía.
San lo vio y Jimin sonrió triunfal.
—Vete.
El omega ojimiel se apresuro a salir.
—Jungkook, Jungkook... ¡Jungkook! Deja mi cuello —le dijo al mayor—. Estamos en tu oficina, por Dios —Jimin se levantó, arreglando su camisa y pantalón.
—Tu lo dijiste, mi oficina. Podemos hacer lo que se nos plazca.
—Tengo trabajo que hacer —respondió Jimin, alzando su bolso-maleta que había tirado al suelo—. Cierto alfa de ojos negros, rechazó mi proyecto de temporada.
—Ya lo aprobé —dijo Jeon.
—¿Qué? —Jimin volteó a mirarlo y saltó nuevamente a su regazo. Había trabajando tanto en ese proyecto que lo frustraba tanto que Jungkook no lo aprobara por las "bases", que ahora simplemente podía estar feliz. Día y noche trabajando en ese proyecto más toda la investigación involucrada—. ¡Te amo! —le dijo, besando sus labios.
Jungkook le sonrió como un idiota.
✧✦✧
—Tienes que contármelo todo —exigió Yoongi—. ¿Sabes cuánto lloré porque no te encontré? —le recriminó.
—Perdón, Yoong, pero solo pasó.
—Sili pisi —dijo el castaño, molesto—. Ajá, te creo. Juraste que jamás volverías a acostarte con el jefe porque era "poco ético" —hizo comillas con sus dedos.
—No miento, en serio fue algo que pasó de la nada. Él estaba en medio de su celo y yo quería tener una noche inolvidable.
—Claro —el beta alargó la o—. Tu noche inolvidable te dejó una marca en el cuello, al menos no te dejó embarazado.
Jimin no había pensado en eso. ¿Habían usado condones? ¡Claro! Jungkook tenía un par de condones...
¡No! Un par no era suficientes con todas las veces que lo habían hecho.
—AHHHHHH.
—Ahí está de nuevo. Tu grito de Regina George —dijo el castaño mordiendo su sandwich, pero se percató de lo que eso se refería—. ¡No, imposible! —miró al rizado—. ¡¿Estás embarazado?¡ —lo señaló, cubriendo su boca exageradamente.
Jimin se quedó inmóvil.
—¿Embarazo? —escuchó la voz de Jungkook.
¿Qué mierda hace de nuevo en el comedor de la empresa?
Todos en el comedor que se encontraban atentos al nuevo chisme del momento, se sorprendieron al escuchar la voz de su jefe.
—¡Ahhh! —gritaron los demás empleados al unisonoro.
Jimin miró con fastidio al pelinegro que se acercaba a él.
—¡Tú!
Jungkook sabía lo que esa palabra significaba.
—No, no, no...
Jimin estaba encima suyo agitando su cuerpo mientras se quejaba.
—Todo es tu culpa, ahora estoy embarazado —dijo el rizado mientras sacudía su pecho de un lado a otro.
Nada estaba confirmado, pero había una probabilidad de un 90% de que si estuviera embarazado.
✧✦✧
3 meses después...
El vientre de Jimin creció un poco. Aún no se notaba a través de su ropa por lo que era un alivio para su trabajo. Era notable el preferismo que ahora todos en la empresa le tenían, algún que otro omega le tenía celos, pero nadie lo trataba mal. Había pasado de ser un empleado omega más de la empresa a ser el omega del magnate Jeon Jungkook.
Su trabajo y proyectos habían reducido en sobremanera porque según Jungkook, el estrés en los primeros meses de gestación para un omega no eran nada favorables para él.
—¿Crees que esto me estresa? —regañó Jimin—. Por favor, alfa. Amo mi trabajo, deja de reducir mis proyectos.
—No —respondió simple Jungkook.
—Alfa...
—Eso no va a funcionar.
—¡Jungkook!
—No.
Jimin salió de la oficina de Jungkook enojado, tirando todo a su alrededor. Nadie le dijo absolutamente nada, al fin y al cabo era un omega embarazado con las hormonas al tope.
—¡Hijo de-!
Yoongi corrió hacia él con unos audífonos cubriendo su vientre.
—Mi sobrino va a oír todas esa palabrotas, Park —dijo, posicionando los audífonos en el vientre de este.
—Yoongi ni se te ocurra —el beta se alejó lentamente al ver la expresión del ojimiel—. ¡Todo es tu culpa!
Min corrió al otro lado de la empresa rápidamente con el rizado persiguiendo, ya que para ser sinceros Yoongi tenía mucho que ver en la reducción del trabajo de Jimin.
"—Mira esta noticia —había dicho el castaño, mostrando un titular en la pantalla de su celular a Jimin que comía en el regazo de su alfa—. Dice que el estrés elevado de los omegas por el ámbito laboral ha provocado más de cinco abortos espontáneos en el último tiempo."
—¡Por favor, Jimin! ¡Ten piedad de esta alma! —gritó el beta mientras corría a los baños de la empresa.
—¡Ven aquí!
✧✦✧
Mudarse a la suite de Jungkook no había sido sencillo para el orgullo de Jimin, sabía que el mayor se preocupaba mucho por él y que enloquecía con el más mínimo accidente que este tenía, pero todo hacía detonado cuando lo habían asaltado camino a su casa.
Jungkook había hecho todo un movimiento en la comisaría porque las cámaras de esa calle estaban apagadas, por no decir que había hecho una denuncia a la guardia ciudadana por daños y perjuicios. Obviamente le habían dado la razón y había instalado cámaras nuevas y más postes de luz, pero eso no era suficiente después de que se confirmara el embarazo de Jimin.
Ni siquiera le había avisado, así que una mañana el menor se despertó en la cama del alfa aún cuando este había dormido en su propia cama.
—¿Qué hiciste? —le pregunto al alfa cuando lo vio.
—Oficialmente vives conmigo, omega.
—¡Tú!
—Espera... Piensa en nuestro hijo.
Park no iba a negar que había extrañado su nido, el aroma impregnado de su alfa lo tranquilizaba y casi lo había hecho llorar ante tantos cambios abruptos en el último tiempo.
La mañana que se miró al espejo y notó el leve crecimiento en su vientre no pudo evitar llorar.
Fue difícil de aceptar en un comienzo, pero no podía ignorar el hecho de que estaba embarazado.
Jungkook era una bestia en la cama y se lo demostraba noche con noche. Una cosa llevaba a otra y ya se veían envueltos en gemidos y fuertes orgasmos departe de ambos.
El alfa leía a diario sobre los embarazos primerizos, ya había hecho que remodelaran una habitación para su hijo y Jimin no podía estar de lo más feliz con tan solo ordenar y tenerlo en segundos.
La vida de los ricos al parecer no era para nada aburrida.
—Creo que debemos comparar una casa más grande, la suit no será suficiente para nuestros hijos. Debes tener un patio y mascotas, los niños aman las mascotas —le dijo Jungkook en la bañera, ambos desnudos sentados juntos mientras se relajaban ante la agua tibia.
—¿Estás pensado en tener más hijos cuando ni siquiera a nacido el primero? —Jimin se rió un poco ante la situación—. Todo lo que quieras darme está bien para mí, alfa. No te exijo nada, solo que estés a mi lado.
Jeon frotó la piel de sus muslos y besó su hombro.
—Pero no es suficiente —dijo el pelinegro—. Te quiero dar todo lo que quieras. No hay límites, amor.
Jimin se sonrojó.
—Mi amor por ti es como mi tarjeta —dijo Jungkook—. Sin límite.
El omega se volteó, dejando caer un poco del agua en la bañera.
—Te amo, alfa —besó los delgados labios. Ambos desnudos, ambos cómodos, ambos completos.
✧✦✧
El segundo trimestre del embarazo de Jimin fue un poco complicado con los cambios de humor de este. El rizado solía despertar a altas horas de la noche con extraños antojos que a veces hacían vomitar a Jungkook y luego hacían llorar a Jimin.
Aún así después de todo ellos estaban bien, ambos en su burbuja de besos y amor. Jungkook estaba seguro que su pequeño hijo nacería tan mimado como su omega, desde ya Jeon se dedicaba día y noche en atender a su omega e hijo, incluso había tomado unas vacaciones de la empresa para poder pasar mas tiempo con Jimin. Las cosas habían pasado tan de pronto que a a veces hacían olvidar a Jungkook por todo lo que había pasado su omega por su culpa y sus celos incontrolables de alfa.
Jimin de vez en cuando se lo reprochaba, pero aún seguían avanzando como pareja. Ya no como dos amantes de oficina, si no como alfa y omega. Al parecer Jungkook no era el único posesivo entre los dos, Jimin sabía mostrar muy bien quien era su alfa y como este le pertenecía por completo. Jeon se sorprendió cunado el rizado despidió a su secretario por cierta mala experiencia que había tenido con él y también la vez que despidió a un empleado por decir que él era una zorra por enganchar al jefe con un embarazo. El omega no se limitó al poder que su alfa le había dado en la empresa, no era tan condescendiente como para prohibirse atributos que disfrutaba en tener. El pelinegro había crecido toda su vida en un mundo sofisticado de la elite y Jimin un simple omega de clase media, no había un muro grande entre los dos, pero si había privilegios que el menor jamás habría tenido de no ser por Jungkook aunque le molestaba admitirlo.
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